
Viajar y conocer lugares es para muchos una de las experiencias más emocionantes que puedan vivir. En los últimos años, una tendencia que aumenta entre los viajeros es el turismo rural . Es cada vez mayor el número de personas que deciden tomarse unos días de descanso en medio del campo, en esos pueblos o aldeas donde el ritmo de la ciudad queda en el olvido, dando lugar al ritmo sereno y tranquilo, de costumbres y tradiciones antiguas que todavía en pleno siglo XXI es posible “vivir”.
Este fenómeno ha crecido también de la mano de empresarios y particulares que han apostado por este tipo de turismo, generando la infraestructura necesaria para que el viajero pueda estar a gusto, cómodamente, disfrutando de la naturaleza y la vida rural.
Opciones referente al turismo rural
La “Casa Rural” es, por lo general, un edificio antiguo, refaccionado y ambientado, donde se utiliza cada uno de los cuartos como habitación de hotel, compartiendo cocina y espacios comunes de descanso y recreación. Habitualmente, la familia propietaria vive en el mismo lugar, brindando ellos mismos el servicio de cocina y limpieza. En estos lugares existe la posibilidad de alquilar caballos para hacer cabalgadas, salir a caminar por los alrededores y disfrutar de la naturaleza plenamente.
Otra de las opciones es el denominado “Agroturismo”. Es la modalidad que invita al turista a vivir en primera persona todas las actividades propias de la actividad agropecuaria: ordeñar para sacar la leche que se va a consumir, ensillar los caballos y prepararlos para salir, trabajar la huerta para recoger el alimento, dar de comer a los animales, y actividades como estas son típicas en este tipo de destinos.
Todo se conjuga para hacer sentir al turista la sensación de estar viviendo en otro “tiempo”, en otra “realidad”, lejos de la ajetreada vida cosmopolita.
En fin, una buena manera de sentirse vivo, en pleno contacto con la naturaleza.