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Múnich

Es la capital y la ciudad más importante del Estado federado de Baviera. Es la tercera ciudad más habitada de Alemania, luego de Berlín y Hamburgo y tiene alrededor de 3.5 millones de habitantes. Se dice que es la ciudad con mejor calidad de vida en ese país.

Sitios de interés

Múnich tiene verdaderas obras de arte en arquitectura, como el nuevo Ayuntamiento (Rathaus) de estilo neogótico, la Catedral de Nuestra Señora (Frauenkirche), la Iglesia de San Miguel, y la Peterskirche (la iglesia más antigua de la ciudad), el Palacio Real de Múnich (ubicado en el centro neurálgico), el Palacio de Nymphenburg (antigua residencia de verano de los reyes de Baviera), el Jardín Inglés, que es el parque central de la ciudad y uno de los más grandes del mundo. Entre las calles Türkenstraße y Luisenstraße se puede encontrar siete museos en los cuales se pueden apreciar toda la gama de manifestaciones artísticas desde los antiguos maestros hasta el arte contemporáneo.

Vida nocturna

Múnich ofrece muchas alternativas para la diversión nocturna. Cuenta con gran diversidad de bares y discotecas para todos los gustos, aunque los precios por entradas y bebidas pueden ser elevados y los porteros muy selectivos a la hora del ingreso de los comensales. Entre los lugares más concurridos están Alabamahalle en Domagkstrasse 33, ya que aquí convergen varias discotecas. Si la preferencia está más orientada a los bares, Türkenstrasse sería una buena opcíon, ya que aglomera a varios de ellos como por ejemplo el Alter Simpl, 57 Türkenstrasse, Schumann’ Odeonsplatz 6-7, Ksar Club, 31 Müllerstrasse, Holy Home, 21 Reichenbachstrasse, y Lizard Lounge, 31 Corneliusstrasse, entre muchos otros.

Festivales

La fiesta popular más grande de Alemania y una de las mayores del mundo, es el Oktoberfest, celebración que se realiza en Munich entre setiembre y octubre de todos los años desde 1810. Cada año se congregan más de 6 millones de visitantes en el campo conocido como Theresienwiese durante dos semanas. Según la tradición, la fiesta se inaugura cuando el Alcalde abre el primer barril de cerveza en la carpa principal a las 12 en punto y dice la frase «O ‘zapft is» que significa «ya está abierto».

Gastronomía

Las salchichas blancas cocidas son muy típicas en Múnich, y están hechas a base de carne de ternera con manteca de cerdo y especias, son consumidas en la mañana como merienda, servidas con mostaza dulce y se pueden encontrar en mercados y tabernas. El Leberkäs, especie de embutido caliente, también es otro platillo tradicional y se sirve acompañado de Leberkässemmel, un panecillo. La cerveza es la bebida característica de Múnich. La más consumida es la Helle, al igual que la Weißbier. Otras marcas reconocidas a nivel internacional y fabricadas en esta ciudad son Löwenbräu, Paulaner, Spatenbräu, Augustiner, Hofbräu y Hacker-Pschorr.

Consejos

Múnich cuenta con un sistema de transportes muy eficiente, el metro, el tranvía y el autobus tienen extensos recorridos y muy puntuales, por lo que usar el transporte público es muy agradable. Otra alternativa de transporte es la bicicleta, ya que en esta ciudad los ciclistas tienen la preferencia sobre peatones y automóviles.

Souvenirs

Los chocolates Milka típicos de Munich, o marzapanes de Lübeck, resultan ser muy buenas opciones como regalos o recuerdos. Aunque siempre podemos caer ante la tentación de llevar los tiernos enanitos, el niño monje, o demás objetos grabados con el emblema de la ciudad, que se pueden encontrar en el centro comercial Fünf Höfe.

 

Historia de Münich

Existen pruebas de asentamientos humanos ya en el 525 d.C., aunque en general se considera que los primeros pobladores de Múnich en dejar su huella fueron los monjes benedictinos llegados de Irlanda y Escocia entre los Siglos VII y VIII. El nombre de la ciudad procede de Ze den Munichen, que en alemán medieval viene a decir » por los monjes». Enrique el León fue el que mediante la Dieta Imperial de Augsburgo, fundo la ciudad de Múnich en 1158. El mandato de Enrique sobre Múnich, fue revocado 30 años después. En 1240, la ciudad paso de los obispos de Freising a la casa de Wittelsbach, que gobernaría la ciudad y todo Baviera hasta el Siglo XX.

marienplatz-munich

Múnich fue convertida en residencia ducal en 1255. En el siglo siguiente, Luis de Baviera expandió la ciudad, reconstruyo las zonas destruidas tras un pavoroso incendio en 1328, hizo levantar fortificaciones que a día de hoy todavía pueden visitarse, y afianzo su poder en la región concediéndole el monopolio del comercio de la sal. Tal evolución desemboco en la constitución de un rico centro de comercio y durante los siguientes 200 años Múnich siguió prosperando. Hacia 1503 la población tenía unos 14000 habitantes y se convirtió en la capital del ducado de Baviera.

En 1349 se produjeron numerosos brotes de peste, los cuales continuaron durante 140 años, a pesar de los desesperados esfuerzos por cerrar la ciudad. Se construyeron nuevas infraestructuras y un poderoso sistema de alcantarillado y se desarrollaron mejoras en el sistema y condiciones de salubridad, aunque eso no pudiese evitar que la población fuese diezmada notablemente. Con la erradicación de la peste hacia el 1517, los Schäffer, comenzaron la danza ritual la cual juraron repetir cada siete años mientras Múnich estuviese libre de los nefastos brotes de la cruel enfermedad de la peste. Hoy podemos apreciar esa tradición, la Schäfflertanz cuando cada día se recrea por las pequeñas figuras del Glockenspiel, (carrion), de la ciudad en Marienplatz.

La llamada Reforma golpeo de forma muy dura a Múnich. Bajo el mandato del duque Guillermo IV, los protestantes fueron perseguidos y en el momento de estallar la Guerra de los Treinta Años la mayoría de los habitantes de Múnich eran católicos convencidos. Durante esa guerra fue invadida con muy poca resistencia ya que el general Tilly, viendo los escasos medios de los que disponía ante las fuerzas invasoras creyó que lo mejor era la rendición antes que masacrar al pueblo de Múnich ante el poderío del ejército del rey sueco Gustavo Adolfo, en 1632.

Entre los años 1705 al 1714, Múnich cayó bajo el dominio de los Habsburgo y a lo largo del siglo XVIII fue rejuvenecida con una explosión del arte Barroco y arquitectura italiana en muchas de sus calles. El siglo XIX, la conquista napoleónica y la reorganización de la jerarquía real alemana, elevo a Baviera al rango de reino. La boda celebrada en 1810 entre Luis I y la princesa de Sajonia, Teresa, origino la que con el paso del tiempo seria la Oktoberfest. En 1818 Baviera fue el primer estado alemán en el cual se dio una constitución escrita. Durante la primera mitad del Siglo XIX se vivió una gran expansión bajo el mandato del rey Luis I, el cual resolvió que la capital de Baviera, Múnich, constituiría el mejor centro cultural y artístico. Fueron contratados a los arquitectos más notables como, Leo von Klenze y Frederich von Gartner y encargo monumentos relevantes como la Königsplatz, la Alte Pinakothek y la Ludwigstrasse. Se comentó en su momento que una aventura amorosa con la bailarina Lola Montes, unido a las revoluciones democráticas que se extendieron por Europa en 1848, obligaron al monarca a renunciar al trono en favor de su hijo, Maximiliano II. Este un gran amante de las artes y las ciencias, continuo con lo empezado por su padre incluso mejorando las infraestructuras empezadas por él.

Munich_Residenz

Tras la muerte de Maximiliano II en 1864, su hijo, Luis II se sentó en el trono. Este empezó a dilapidar las arcas y la fortuna familiar intentando unos proyectos considerados estrambóticos. Su extraña timidez, su predilección por proyectos gigantescos y sus desmesurados pagos a, sobre todo, Richard Wagner y muchos de sus arquitectos y urbanistas, le valieron el apodo del Rey Loco. lo verdaderamente irónico es que las colosales estructuras que arruinaron al Gobierno y a la Corona, son hoy en mayor reclamo de la industria turística de Baviera, como ejemplo el Palacio de Neuschwanstein. Luis II fue arrestado y considerado mentalmente incapacitado, se le encontró ahogado junto a su médico particular en misteriosas circunstancias, en el lago Starnberg, su hermano Otón con demencia la cual no le permitía gobernar, dio paso a su tío, el Príncipe Leopoldo, como Rey Regente.

A principio del siglo XX, Múnich ya tenía una población de más de 500000 habitantes. La agitación política y la infracción, más la ruina económica tras la Primera Guerra Mundial, crearon un terreno fértil para el movimiento nacionalsocialista, liderado por Adolf Hitler, fue aquí en Múnich, en la Hofbräuhaus, donde en 1920 pronuncio uno de sus más celebres discursos en la primera gran reunión de su partido. El 8 de noviembre de 1923 Hitler y unos 600 seguidores asaltaron la cervecería Bürgerbräukeller de Múnich y secuestraron a los miembros del gobierno provincial de Baviera. La actuación de Hitler y los suyos fue un fiasco, los nazis huyeron al día siguiente y Hitler fue arrestado y encarcelado, mientras cumplía sentencia fue cuando empezó a escribir su famoso libro Mein Kampf.

Los bombardeos aliados en la Segunda Guerra Mundial hicieron que la ciudad de Múnich sufriera graves daños, el 30 de abril de 1945 fue ocupada por fuerzas estadounidenses. En 1972 volvía a estar en pie cuando le fueron concedidos los Juegos Olímpicos, esos juegos fueron una celebración y homenaje a la reconstrucción de la Alemania Occidental, lo trágico fueron los acontecimientos acontecidos por la matanza de 17 deportistas en uno de los actos más detestables en terrorismo. En la actualidad, Múnich posee una rica y afianzada reputación como la ciudad alemana con mejor calidad de vida. Su población estudiantil le da un ambiente joven y alegre, y posee una gran diversidad de actividades tanto teatrales como artísticas. Su cultura no obstante es moderada y las tradiciones conservadoras.