
Fijado el destino para viajar el resto parece sencillo, pero nada más lejos de la realidad. Si el error recae sobre la indumentaria que llevará consigo el viajero lo más probable es que parte de su aventura sea una complicación detrás de otra. Por esta razón lo mejor es tomarse unos minutos para pensar qué llevar dentro de la maleta.
Cosas sobre tus futuras maletas
Lo primero que se conoce es el destino, y por lo tanto es importante saber el clima del lugar en la época en la que se viaja. Una mirada a las páginas web del clima no vendrá para nada mal, y servirá como base para elegir la ropa y los zapatos. Si el clima es cálido, lo ideal es ropa ligera y de colores claros; igualmente hay que tener en cuenta que si en el destino del viaje la religión es muy importante o hay muchos templos para visitar, tanto los hombres como las mujeres deberán recordar llevar un atuendo que muestre solo de forma prudente el cuerpo.
Para climas muy fríos es fundamental llevar ropa que permita los paseos y los recorridos al aire libre en general; buen calzado, guantes, gorro, bufanda y un abrigo de calidad son fundamentales. Si el frío no es tan preocupante quizás es importante combinar la ropa fresca con algo más cálido para los atardeceres o el amanecer.
No hay que olvidar el número de prendas. Lo mejor son dos por tipo de indumentaria para no quedarnos cortos; los pies deben ser cuidados siempre para que no se dañen y obliguen a parar, buen calzado y buenas medias; un sombrero si se sabe que el lugar es soleado; ropa de baño para cualquier ocasión o imprevisto; un adaptador universal para los equipos electrónicos y mucha paciencia para ordenar todo dentro de la maleta sin que el peso haga que se deba pagar por exceso de equipaje en el aeropuerto.