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Las ciudades en la caída del Imperio Romano

Una de las partes más oscuras que la mayoría de personas no solemos caer cuando nos explican historia en la educación obligatorio es que pasó con las ciudades una vez cayó el Imperio Romano. De hecho, una de las preguntas más buscadas relacionadas con las ciudades en el aspecto histórico es justamente saber que fue de esas increíbles ciudades romanas que albergaban miles de ciudadanos, donde se fueron todas esas personas que vivían en las ciudades si estas desaparecieron y como evolucionaron las poblaciones a lo largo de los siglos hasta llegar a la ciudad medieval.

Aunque sea un aspecto poco estudiado de la historia, se ha llegado a concluir que los efectos en la desurbanización de las ciudades después de la caída del Imperio no fue tan fuerte como se pensaba, y que se conservaron las estructuras urbanas básicas para conseguir que sobrevivieran suficientes núcleos urbanos para que posteriormente en los siglos XVII y ante todo el XIX se viviera una nueva reconquista de las ciudades como núcleos principales de actividad.

Básicamente, con la caída del Imperio sobrevino el colapso del comercio, y con este el principal beneficio y fuente económica de la mayoría de ciudades, por este motivo, la población fu de forma escalonada huyendo al campo, donde encontraban en las villas romanas techo y comida a cambio de trabajo. De esta forma se explica el posterior sistema feudal en la antigua Europa.

Pero las ciudades no fueron del todo abandonadas, y de hecho, la cantidad de estas está íntimamente relacionado con el nivel de urbanización que ya tenían esas zonas en época romana. Por ejemplo, todo el norte de Italia tenia porcentajes de urbanización muy altos durante el Imperio, y estos no desaparecieron cuando cayó, simplemente descendió lo suficiente como para que durante el renacimiento esas ciudades volvieran a tener actividad y vida, de hecho, la supervivencia de esas ciudades como núcleos estables de población es la que explica que después políticamente existieran ciudades italianas tan fuertes independientes como Genova, Florencia, Milán, Pisa, etc.

Por tanto, y en conclusión, quizá conviene retomar nuestros apuntes y relativizar así como concretar como fue esa desurbanizaión de las ciudades en la caída del Imperio Romano.