
Viajar es una forma fantástica de abrir la mente a diferentes realidades, conocer otras culturas, aprender idiomas, olvidar por unos días los problemas cotidianos y, sobre todo, divertirse.
A veces, es posible que viajar sea el sueño, pero las posibilidades económicas no lo permiten. Sin embargo, hay diferentes opciones que pueden servir como ayuda si lo que se desea es un viaje acorde a las posibilidades reales de cada uno.
Normalmente se piensa primero en el destino, sin embargo, es posible adaptar el viaje a los precios de los vuelos en algunas de las compañías low cost o bajo coste. Las ofertas son realmente interesantes, el único inconveniente es el peso del equipaje, ya que el exceso puede penalizarse con cifras bastante elevadas.
Una vez se haya reservado el viaje, es posible pensar en el alojamiento. Los hoteles son una opción razonable, se trata de hoteles con habitaciones individuales, si se desea, o compartidas, en las que se encontrarán taquillas para guardar las pertenencias personales mientras se está fuera. Además, es posible disfrutar del servicio de cocina, lo que hace realmente accesible el gasto en comida.
Los albergues para jóvenes están al alcance de aquellos que obtengan su carné de alberguista, para lo cual deben acudir al organismo correspondiente de cada comunidad autónoma. Y como idea innovadora, el CouchSurfing, un sistema solidario para alojarse en casas particulares, y pueden encontrarse en Internet, con sistemas de seguridad muy interesantes a través de tarjeta de crédito.
Si el destino no quedó bien definido o podemos tener un itinerario cambiante, nada mejor que Interrail. Se compra un billete de tren y, dependiendo del tipo de billete que se elija, tendrá un tiempo determinado de validez y será útil para diferentes países de Europa. La idea es conocer el continente por poco dinero, por lo que no tendrá coste extra en los trenes que estén dentro de nuestra opción, pero no servirá para el país de origen.