
Uno de los lugares con más carácter de todo Irlanda son las islas Aran, estas islas en el extremo oeste de la isla, muy cerca de Galway y Clare son quizá uno de los puntos pintorescos de toda la República de Irlanda. Si estamos realizando una visita a la zona Connemara debemos hacer una escapada de forma obligatoria. Sí bien son visibles desde la costa, sólo a través de ferry o avión se puede llegar a ellas. El archipiélago Aran, es un gran arrecife de calizo, donde la sobriedad del paisaje cómo cruzado por muros de piedra, un panorama costero cubierto de flores silvestres o pasto, forman junto con acantilados azotados por las olas este pintoresco lugar de Irlanda. Sin duda se trata de uno de los lugares más visitados de toda la isla, su aislamiento geográfico durante siglos es quizá uno de los atractivos que tiene.
La experiencia irlandesa de las Islas Aran
En las islas Aran se puede vivir la experiencia de la Irlanda más tradicional. La mayoría de sus habitantes aún utilizan el gaélico como lengua habitual para expresarse entre ellos, aunque que la mayoría son bilingües. A lo largo de las tres islas hay un total de 1600 kilómetros de muros de piedra, además de varias cabañas de piedra seca paleocristianas, que parecen para los ojos del visitante iglús de piedra. Sus habitantes se enfadaría si no hiciéramos referencia a que aunque las tres islas están cerca y se parecen entre ellas para el ojo visitante, lo cierto es que cada una de ellas tiene una personalidad particular y diferenciada.
- Inishmór: La más grande de las tres islas, tiene importantes yacimientos arqueológicos, de los más grados de toda la república, a de de restaurantes y pubs muy animados, ya que recibe más de 1000 visitantes en verano cada año.
- Inishmaan: Se trata de la isla central, bastante ignorada por los turistas y que conserva mucho más, quizá por ello, sus tradiciones ancestrales y transmite esa sensación de atemporalidad que muchos buscan en estas islas y paisajes rocosos. Sólo podrás encontrar algún B&B aislado y poca cosa más
- Inisheer: Es la más pequeña de las tres, aún ofrece una buena combinación villa cimientos antiguos, paseo, cultura tradicional y un poco de vida nocturna.
Si hablamos de la historia de las islas poco se sabe de la gente que construyó esas enormes estructuras de piedra en la Edad de Piedra, seguramente se utilizaron para ritos paganos de todo tipo. El cristianismo llegó a las islas para quedarse y se fundaron algunos monasterios. En la Edad Moderna todo transcurría tranquilo hasta la década de los años 30 en que empezaron a recibir visitantes. El turismo definitivamente se convirtió en una de las actividades de la isla en los años 70 cuando los ferrys rápidos agilizaron el trayecto desde la isla a la costa.
A partir de entonces son miles los turistas que cada año buscan en estas islas los carros tirados por ponis, alquiler de bicicletas para disfrutar de los paisajes tranquilamente, sí como las tradiciones más ancestrales de Irlanda. Sin duda se trata de uno de los lugares más entrañables y más interesantes de todo Irlanda, y que por tanto no puedes dejar de visitar si pasas por la zona.