
Si hablamos de turismo en Irlanda no podemos dejar de hablar de la ciudad de Killarney, se trata de una de las maquinarias turísticas más perfectas y mejor engrasadas de toda Irlanda. Se trata de una población de gran belleza, de pintorescas tiendas donde se puede comprar cualquier tipo de recuerdo de Irlanda. Los atractivos de Killarney no sólo se quedan en la propia ciudad sino también en todo su alrededor. No solo por ser el punto de inicio del llamado Anillo de Kerry, sino también por los picos de más de 1000 metros que vas a poder ver a su alrededor a simple vista, así cómo las grandes cascadas lagos y ríos de todos sus espléndidos y maravillosos bosques que hay alrededor de la ciudad.
La historia de Killarney está muy relacionada con el cristianismo y el bronce. Fue justamente en la Edad de Bronce cuando se empezó a extraer este mineral de las minas que hay muy cerca de la propia ciudad. A partir de la creación de un monasterio en la zona, Killarney tomó protagonismo al ser uno de los puntos de expansión del cristianismo más importantes de la zona. A partir de aquí se instalaron diversos clanes gaélicos que construyeron tanto el castillo de Ross como también posteriormente algunas abadías.
Pero el esplendor de killarney como centro de turismo empezó con la llegada del tren a la ciudad en el año 1853, a partir de aquí empezaron a llegar ilustres visitantes para disfrutar de toda la zona. Entre esos visitantes se cuenta Sir Walter Scott o la mismísima reina Victoria. En 1895 la ciudad incluso llegó a aparecer en la agenda de Thomas Cook. Si aún no tenemos del todo asegurado todo este interés turístico, solo hace falta ver la cantidad de turistas que cada verano llegan hasta la ciudad y que hacen de toda la zona un lugar concierto bullicio.
No podríamos acabar de hablar de Killarney sin mencionar sus alrededores, allá donde se mire se verá su grande lago siempre imponente. Cerca de la ciudad podemos encontrar el Muckross House, una imponente mansión isabelina de 1843. En la misma línea también podemos ver la abadía de Muckross, dónde a través de los caminos del Parque Nacional podemos disfrutar de vistas privilegiadas al lago y la ciudad así como pasear tranquilamente entre un ambiente tranquilo, los altos árboles harán la delicia de más de uno.