
Una de las avenidas más lujosas de Barcelona es el Passeig de Gràcia. Recibe su nombre porque era el antiguo camino que conectaba con la Vila de Gràcia, pueblo que quedó anexado a Barcelona una vez que la ciudad creció.
Además de las más lujosas tiendas de moda, también se encuentra la Bolsa de Barcelona y muchas de las oficinas de las principales compañías y empresas de la ciudad.
Si subimos por el Passeig, podemos encontrar antiguas casas burguesas, que ahora son lugar de visita obligada para los turistas. Quizá la más famosa de todas ellas es la llamada “Pedrera” que en verdad se llama Casa Milà (nombre de la família que la mandó construir).
En el momento de su construcción generó gran rechazo entre la población, ya que no se entendía que eran esas formas onduladas. Los periódicos de la época publicaron decenas de caricaturas sobre el edificio, incluso se llegó a pensar que era una especie de aeropuerto para zepelines.
Justo en el otro lado de la calle está la Casa Batlló, que además hospeda al Museu Modernista d’Antoni Gaudí de Barcelona. Como vemos Gaudí dejó su huella por toda la ciudad.
Solamente acercarnos y ver su fachada entenderemos la atracción que generan estos antiguos edificios señoriales.