
Como siempre cuando llegan las épocas de escoger destino para nuestras vacaciones, muchas veces dejamos de lado lugares que tenemos más próximos, pero que pueden representar todo un reto y una muy buena oportunidad para desconectar unos días. Quizá uno de los lugares más olvidados de la península es el Algarve portugués. Se trata de la zona más sureña del país luso, dónde podemos encontrar la justa medida entre espacios turísticos y lugares mucho más tranquilos.
Para empezar, hay que advertir que toda la zona del Algarve alberga grandes zonas naturales, que de hecho, son uno de sus principales atractivos. También lo son sus construcciones y arquitectura. Algarve, como todo Portugal, es una región amante de su arquitectura y de sus costumbres, así, tendrás decenas de pequeñas (y no tan pequeñas) iglesias que poder visitar en toda la zona, y que realmente destacan por su gran valor arquitectónico y artístico. Son de esas iglesias que vale la pena tanto el interior como el exterior.
Faro es la ciudad más grande y de referencia de la zona, allá podrás encontrar todo lo necesario para que tus vacaciones se complementen con aquellas actividades que más te guste practicar. Gracias al gran volumen de turismo en la zona, no es muy complejo encontrar hoteles baratos en Algarve, tanto en Faro como en otros pueblos de sus alrededores. Portugal es famosa por sus pequeños pueblos de en sueño, y esta zona no es una excepción.
Así, podemos optar por pueblos como Olhão o Portimão, que hacen las delicias de aquellos amantes de los pueblos costeros. En especial en Portimão, es famoso por sus puestas de sol al atardecer mientras pasemos por su puerto pesquero tradicional.
Los amantes de las playas también tienen una buena opción en el Algarve portugués, las diferentes playas de la costa son de un valor en términos de paisaje considerable. Es una bonita combinación de grandes acantilados con calas tranquilas dónde poder disfrutar del agua, el sol y la arena. Hay numerosas y dependen del gusto de cada uno, pero Do Camilo, la Playa de la Roca, la Plaia de Dona Ana o la Playa de Beliche son de las más famosas y populares.
Para acabar con la pequeña introducción a la zona, mencionar que en Portugal se utiliza el euro como moneda, que en general los precios son bastante parecidos a la Europa occidental, pero si es cierto que un pelín más bajos. Tampoco el idioma suele ser un problema: a parte de portugués, la mayoría de personas que tratan con turistas hablan castellano sin dificultad por la presión turística, y una gran parte de ellos inglés o incluso otros idiomas continentales.
En resumen: el Algarve portugués puede ser una buena opción como destino para aquellos que busquen un espacio lleno de pequeños rincones que visitar, playas en calas, así como valor arquitectónico y pequeño pueblos encantadores. Todo ello, en un país abierto, seguro y algo más barato que sus vecinos, y con una tradición en cuestiones de turismo que hace que puedas encontrar casi de todo en la zona.