
Sobre Burren decía el topógrafo de Oliver Cromwell qué se trataba de «un territorio salvaje, donde no hay agua suficiente para ahogar a un hombre, árbol donde colgarlo, ni siquiera tierra para entrenarlo«. Con esta presentación ya nos podemos hacer una idea del terreno calizo fruto de las glaciaciones y la erosión del viento y la lluvia que han formado estos suelos repletos de grietas y en los cuales el agua de lluvia penetra fácilmente, creando un complejo sistema de cuevas bajo la propia meseta. Otra de las cosas curiosas de Burren, es que en invierno las colinas son más cálidas que los valles, y eso hace que haya una extraña costumbre en la zona: el ganado a sube a tierras altas en los meses de invierno.
Para el viajero observador, esta zona le va a encantar en el aspecto botánico, ya que va a poder observar tanto plantas mediterráneas cómo alpinas, es evidente que esto no deja de ser extraño en pleno Irlanda. El hecho de que estas plantas crezcan a través de las grietas de las calizas hace que aún sea toda la zona más perfecta y sorprendente.
Además de todo esto, que no es poco, podemos encontrar alrededor de 2500 lugares históricos documentados. No seríamos sinceros si no comentáramos el dolmen de Poulnabrone, con una edad de más de 5000 años, es una enorme tumba neolítica o de la Edad de Bronce. Con estas características se convierte en uno de los monumentos más antiguos de toda Irlanda. Pero es que en la zona de Burren podemos encontrar alrededor de 70 tumbas parecidas a esta. También podemos encontrar casi 500 torres cilíndricas de piedra de la Edad del Hierro.
Las rocas legendarias del Burren
El propio término de Burren (Boireann en irlandés) significa «terreno pedregoso». Toda esta zona es el efecto producido hace 270 millones de años, cuando la corteza terrestre sufrió cambios doblando los bordes de Europa y emergiendo partes del lecho marino. Lo demás es el efecto indirecto de las numerosas glaciaciones, hielo, viento y lluvia qué han azotado a toda esta zona a lo largo de los años.
De los más de 2500 lugares históricos, hay uno de especial interés por su conservación y singularidad: el llamado Cahermore. Se trata de un fuerte de piedra (naturalmente) qué era la construcción habitual durante el periodo de la Edad Media que va del año 500 al 1170. Por tanto es uno de los pocos ejemplos de fuertes irlandeses nativos que se pueden observar en tan buen estado, y que nos dibuja una idea de la diferencia que había entre estos fuertes pequeños y discretos que protegían a las granjas colindantes y los grandes castillos irlandeses construidos por los anglo-normandos para afianzar su poder en el territorio. Un delicioso mirador nos demuestra la importancia estratégica de este punto.