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La base militar americana secreta al descubierto por el deshielo de Groenlandia

El calentamiento del planeta puede hacer aflorar sorpresas escondidas en el hielo durante las próximas décadas. Quién podía pensar que lo que se ocultó bajo el hielo para ser olvidado hace 50 años apareciera en unas cuantas décadas. El deshielo acelerado de los glaciares durante los últimos años han dejado al descubierto cuerpos momificados de soldados y objetos de la primera guerra mundial en los Alpes. Ahora el deshielo puede pasar factura a las infraestructuras creadas durante la Guerra Fría.

Los efectos del cambio climático con el ascenso de las temperaturas puede sacar a la luz residuos peligrosos de una base estadounidense de la Guerra Fría, según un estudio de la Universidad de Nueva York. Se trata de la Campo Century, una base militar de alto secreto construida bajo el hielo en 1959 con el objetivo de comprobar la viabilidad de desplegar misiles nucleares desde el Ártico. La base se encuentra en el noroeste de Groenlandia, a medio camino entre los Estados Unidos y la antigua Unión Soviética. La base ocupaba unas 55 hectáreas, con kilómetros y kilómetros de túneles y formada por edificios modulares prefabricados bajo el hielo que formaban una pequeña ciudad.

Las condiciones inestables del hielo hizo que el proyecto se cancelara el 1966. El año siguiente, en 1967, se abandonó con el convencimiento de que la nieve enterraría de por vida todas las infraestructuras y residuos.

Según el autor del estudio, William Colgan, la capa de hielo que cubre la base militar podría desaparecer y dejarla al descubierto a finales de siglo o antes, porque los modelos del clima subestiman la velocidad de la fosa del hielo. A medida que el hielo se reduzca, comenta Colgan, aparecerá infraestructura de la base y todos sus residuos, químicos, biológicos y, incluso, radiactivos que pueden alterar los ecosistemas cercanos. Se estima que dentro de la base hay unos 200.000 litros de Diesel, unos 240.000 litros de aguas residuales y un volumen desconocido de refrigerante de bajo nivel radiactivo del generador de energía nuclear. Por Colgan, es una de las amenazas más importantes que hay para el ecosistema del Ártico.

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