
Se tiene constancia de que en los alrededores de Burgos ya estaban poblados hace unos 350000 años, se puede determinar dicha cantidad de años en los yacimientos arqueológicos de Atapuerca, a unos 15 kilómetros de la ciudad de Burgos, el famoso yacimiento constituye el más antiguo de los vestigios de población humana en la península Ibérica hasta la fecha. La burgalesas tierras celtibéricas, donde se inició la cultura castreña, caracterizaba a este pueblo dedicado al pastoreo y muy belicoso entre ellos mismos, solo ante la invasión romana fueron capaces de juntarse para poder luchar contra un enemigo común, los romanos. Son míticas las historias de guerras celtibéricas escritas por autores latinos los cuales resaltan la lealtad y gallardía del pueblo mesetario, cuya cultura se enriqueció gracias a griegos y fenicios, grandes mercaderes, los cuales se encontraron con Burgos y su provincia a través del río Iber.
Con la invasión musulmana, al margen del sometimiento al bandidaje y la rapiña en la población, no afecto a la comarca como en otras partes de la península, debido entre otras cosas a lo inhóspito del terreno, por consiguiente no hubo un poblamiento de la misma, solo un asentamiento musulmán destacable en la comarca de Berberana en la cual se instalaron los bereberes, de ahí su nombre. Pedro de Cantabria fue en el año 735 el que trajo a la provincia a los primeros repobladores cristianos, a los cuales se les ofreció tierras y régimen de libertades pues las condiciones de las tierras eran duras y arriesgadas, con el tiempo dichas concesiones dieron lugar a los Fueros y Cartas Pueblas.
Pequeños territorios plagados de castillos, obtendrían de la monarquía leonesa prebendas y legislación propia. Organizados alrededor de la figura jerárquica del conde, dichas entidades, políticamente autónomas aunque ligadas al Rey de León por vínculos, serán el germen de la cultura de Castilla. El Conde Diego Rodríguez Porcelos, fundo la ciudad la cual agrupo a todas las pequeñas poblaciones de la meseta o el llano, en el año 884, la unificación de todas estas aldeas, llamadas burgos, dio nombre a la ciudad, Burgos.