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Hamburgo, la ciudad Hanséatica

Hace unos cuantos años, la reina Isabel II de Inglaterra visito la ciudad de Hamburgo, la anécdota se refiere en que las autoridades municipales, según la tradición local, dictaba que el alcalde recibiese a todos los altos dignatarios en el primer piso del Rathaus o Ayuntamiento. Por consiguiente debido a la cantidad de escoltas y la dificultad de que la reina subiera las escaleras sin las mismas, se optó en que ambos, reina y alcalde, se encontrasen en la mitad de la escalinata. Esta anécdota viene a cuento del porqué de que esta metrópoli, la cual viene a hacer la función de ciudad-estado, ubicada en la parte norte de Alemania, sigue siendo denominada metrópoli libre y hanseática de Hamburgo.

Exceptuando la dominación napoleónica, a principio del siglo XIX, esta urbe jamás a reverenciado a ningún gobernante ajeno a Alemania. En lugar de eso ha sido una importantísima urbe dedicada al comercio y a los negocios del país, pasando por alto todo tipo de sistema protocolario. Hacia 1830, el tesorero de Glasgow, John Strang, la denomino la ciudad más mercantil del mundo, entre otras cosas, además de importantes claro está, por su ajetreado puerto, espina dorsal de todo el comercio en la parte norte de Europa. Hay que tener muy en cuenta que esta parte de Alemania cuenta con la mayor cuantía de millonarios del país, más que ninguna otra población de Alemania. Sus maravillosas alboradas, sus impresionantes avenidas en barrios como Blankenese, Harvestehude o Winterhude, franqueadas por impresionantes mansiones hace, entre otras muchísimas cosas, que la ciudad de Hamburgo sea cuna de contrastes y pionera en un liberalismo desenvuelto, el cual tiende a acoplase con el más estricto y cerrado elitismo.

Elitistas y liberales, ricos y pobres, todo hamburgués se siente verdaderamente orgulloso de su ciudad o municipio. La estética de Hamburgo destaca por entre las ciudades principales de Alemania, goza de una activa vida cultural, amplios espacios verdes urbanos y su arquitectura es fantástica, a pesar de los avatares históricos, como el su destrucción provocada por un tremendo incendio en mitad del siglo XIX, como las dos grandes guerras del siglo XX. Para descubrir la ciudad de Hamburgo se necesita tiempo, calzado cómodo y dejarse llevar, es la mejor manera de admirad esta ciudad, paseando por sus barrios  sus avenidas y sus parques.